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sábado, 19 de abril de 2014

Surrealindia parte 1: El templo dorado de los sijs.

"Los mejores sueños, son aquellos que ocurren cuando estas despierto"

Viajando se viven días de todo tipo: días relajados, días intensos, días tristes y melancólicos, y de mis días favoritos? los días oníricos. Cuando viajamos se presentan muchos días surrealistas, donde experimentamos situaciones extrañas, con gente a la que no le entendemos y en lugares que parecen sacados de una película de ciencia ficción...y, sin embargo, esos días son en los que más conectada me siento. Será porque soy soñadora y romanticona para mis cosas? no lo sé. Pero sí se, que ese tipo de días me parecen más fotogénicos, mi observación se agudiza, y mi ansiedad por entender ese nuevo contexto que me rodea, me hace sentir curiosa, viva. Quiero fotografiarlo todo, y paso de curiosa a imprudente...
Es que, es curiosa la curiosidad, como escuché por ahí...
Y así, transitando por uno de los países más surrealistas e intensos que existen, llegamos a uno de los lugares más oníricos, especiales, mágicos y extraños que hemos visto jamás: EL TEMPLO DORADO de los Sijs en Amritsar.

El sijismo es una de las tantas religiones en India. Los sijs, creen en un solo Dios, se rigen por estrictos códigos de conducta moral y consideran iguales a todos los seres, sin importar procedencia, raza o religión. El Templo Dorado es su lugar de culto, y fiel a esta filosofía integradora, el templo recibe a quienes quieran conocerlo, y los sijs deben ir a peregrinar al menos una vez en su vida. Una vez ahí, descubres que estás como dentro de un sueño, donde todo lo que te rodea, es extraño, confuso, exótico, bello.


Turistas de todo el mundo y locales de todo India, sin importar su casta o creencia, son bienvenidos, y pueden, gratuitamente, dormir en los cuartos para huéspedes (hay para locales y extranjeros) y comer en los comedores comunitarios. Incluso puedes ofrecer ayuda a los cientos de voluntarios que preparan más de 80 mil platos diarios!! La comida estaba deliciosa y, les confieso que hasta nos repetimos! y todo en un ambiente de silencio, respeto y pulcritud...más surrealista aún , ya que en India las cosas suelen ser al revés.

Lo más especial de todo: sentarse en el suelo a comer con (y como) los locales. Sencillamente, un sueño.

Desde un principio las cosas son bastante particulares. Cuando entras al templo, DEBES cubrir tu cabeza con un pañuelo. Todo tiene una explicación, y, por respeto, y sin cuestionarlo, simplemente, lo hicimos. Después nos encontrábamos en una especie de guardarropía para dejar las zapatillas. Todos entran descalza al templo dorado, y antes de ingresar al recinto central, pasas caminando por unos pozos de poca profundidad para el lavado de pies. Nosotros haciendo caso a esa famosa frase que dice "donde fueres, haz lo que vieres".


Hasta que por fin entramos al estanque donde flota esa maravilla dorada. De fondo suenan cánticos melodiosos, y nosotros batallando con más de 45 grados. Frente a mis pupilas desfilan mujeres bebiendo agua del piso que están trapeando, otras personas miran a la pared como si en ella estuvieran escritas sus oraciones y rezan con una fe envidiable.




Otros se lavan y dejan sus pecados diluirse en las aguas del estanque.
Cerca de los comedores, vuelan platos y bandejas, unos lavan, otros secan, un grupo de como cien mujeres amasan y preparan chapatis (típico pan indio)

                            Voluntarias en la cocina.

Quienes no son sijs, deben censurar las ganas de meter los pies al agua. Está prohibido y se pide que te sientes en la posición de loto.
La arquitectura del lugar también parece sacada de un sueño. El templo conserva una mezcla de estilos hinduistas e islámicos y cuenta con una cúpula dorada en la que se dice que se usaron 750 kg de oro, y representa una flor de loto invertida, como símbolo del deseo de los sijs de llevar una vida pura.
Sentarse en el suelo a compartir con miles de indios (sin que ninguno intente venderte algo), en un lugar donde casi no hay turistas, donde comimos 2 platos deliciosos cada uno y gratis! Un santuario que atrae más visitas que el Taj Mahal (!!), un lugar donde pude observar y fotografiar sin esconderme. Donde pudimos mirar nuestro reflejo en el suelo, de lo limpio que siempre estaba, y donde tuvimos que asumir nuestra condición de rock star, dejándonos fotografiar por indias a las que les parecíamos "exóticos" cuando las únicas exóticas eran ellas, es sin duda un lugar surrealista, difícil de creer y entender, pero imprescindible de ver y vivir.

 Lo que a veces damos por sentado, es exótico y hermoso a los ojos de otros...








lunes, 11 de noviembre de 2013

Rajastán: "Tierra de Reyes"

India esta compuesto por 22 estados. Uno de ellos es Rajastán. El estado de Rajastán es sin duda el más visitado por los turistas que vienen a India por vez primera. Varios lectores que pronto irán a este alucinante destino, me han escrito preguntando sobre India, así que les voy a contar un poco sobre la tierra de los reyes, palacios y fuertes. Y casi a modo de Top Five, enumeraré las que a mi juicio son mis favoritas.

1. Udaipur: Esta romanti(quísima) ciudad fue para mí la más linda de Rajastán y de India. Su lago Pichola y su antiguo palacio real flotando sobre él crean uno de los marcos más mágicos, elegantes y románticos de toda la India.
El palacio de la ciudad es un imperdible y la calle que conduce hacia él, conserva una de las tiendas más hermosas de Rajastán, es una tienda de marionetas maravillosas! Ahí me compré mi Samiksha, una marioneta bailarina, que Rajesh el dueño de la tienda, la maniobraba como los dioses!
También recomendamos el lugar donde nos quedamos. El famoso "Dream Heaven" con una terraza panorámica al más puro estilo de las mil y una noches, y piezas con balconcito y vistas al río y palacios...Impresionante! Por 1000 rupias / 10 mil pesos chilenos / 20 dólares !! ;)

Estas eran las vistas desde el balcón de nuestra habitación...

2. Pushkar: Gracias a su reducido tamaño, Pushkar conserva un misticismo y encanto particular. La localidad se sitúa alrededor del lago sagrado, que supuestamente apareció cuando Brahma dejó caer una flor de loto. Su calle principal es un largo bazar que invita a varias horas de regateos y compras.
En unos 45 minutos, parando en el camino a sacar fotos, das la vuelta al pequeño lago y resulta ser un lindo paseo al atardecer. Recuerda caminar descalzo en sus gaths (escalinatas que bajan al lago) y no sacar fotos, ya que puede resultar ofensivo.
Pushkar es sin duda, un escape al caos de Jaipur.
Desayune en el Sunset Café! Los mejores mango lassi, panes frescos y fruta con yogurt y granola! The best breakfast ever!!

Desde el Sunset Café...a la derecha de los gaths orientales. Con hermosas vistas al tranquilo y pequeño lago sagrado.

3. Jodhpur: La ciudad Azul y el fuerte más hermoso de Rajastán. El fuerte de Merangarth. Ubicado a lo alto de una colina rocosa que se funde con la base de su impresionante Fortaleza.
El fuerte de Merangarth fue testigo de crudas batallas rajputas contra las fuerzas invasoras de Jaipur. Es interesante y hermosa la historia que escuchamos de la audio-guía que arrendamos en la entrada. Desde el fuerte se pueden apreciar las vistas de la ciudad Azul índigo de sus casitas, esparcidas en ese laberinto de calles, tan increíble para perderse o andar a toda velocidad esquivando vacas en un rickshaw manejado por un indio loco. Cuántas imágenes y momentos se vienen a mi cabeza. Otro imperdible de Jodhpur es el Mercado de Sardar, donde perderse, fotografiar los puestitos de especias y regatear para luego comprar, son el fascinante panorama de toda una tarde.





Vistas de la ciudad Azul y el fuerte de Merangarth desde afuera...

4. Jaisalmer: Esta pequeña ciudad está en el extremo oeste de Rajastán. Cuenta con un fuerte impresionante de arenisca color miel, que le otorga un encanto y misterio especial, y se funde con el entorno mágicamente, cual espejismo del pasado. 
Uno de los atractivos y paseos turísticos clásicos son los paseos en camello por el Desierto de Thar, en la frontera con Pakistán, pasando la noche en el desierto. Claramente es más entretenido que dormir otra noche en el hotel, pero no esperes gran cosa. No vayas con las espectativas muy altas, porque no es un desierto que te vaya a dejar boquiabierto como ocurre con el Sahara.
Jaisalmer se lleva el número 4, pero perfectamente pudo haber estado en el 3er puesto de esta lista.


Al fondo, a lo alto, el fuerte dorado de Jaisalmer.

5. Jaipur: Es la puerta de entrada a Rajastán. Casi todos los que llegan a Jaipur, vienen de Agra en tren. Al menos así lo hicimos nosotros. La ciudad rosa, como es conocida es un caos. Es muy fácil perderse en el casco antiguo, todas las esquinas son iguales. Nos costó un mundo caminando cuadras de cuadras encontrar un lugar para comer...etc. Una visita obligatoria es al fuerte de Amber a las afueras de la ciudad. Es bonito, pero lo son mucho más el palacio de Udaipur y el fuerte de Meranghart en Jodhpur.
No me sentí muy cómoda en Jaipur, pero esa fue mi experiencia personal. Hay a quienes les gustó mucho esta ciudad, así que dale un par de días y en el peor de los casos tomas un bus a Ajmer para conectar con Pushkar.

Fuerte de Amber a las afueras de Jaipur. Es muy lindo por fuera!

 Ruta en tren y buses:

Nosotros lo que hicimos fue salir de Agra (ciudad que guarda ese Tesoro de mármol llamado Taj Mahal) y tomamos un bus destino Jaipur, puerta de entrada de Rajastán.
Desde Jaipur, tomamos un bus, que era más bien una micro destartalada, y partimos a Pushkar, pasando inevitablemente por Ajmer. De hecho, para llegar a Pushkar en tren, se llega a Ajmer primero y desde ahí tomas bus o taxi. Para no hacer estos cambios de transporte en el camino, y porque era más barato aún, tomamos ese busecito directo.
Desde Ajmer nos fuimos en tren a Udaipur y desde ahí, partimos en tren a Jodhpur. Y desde la ciudad Azul, un bus a Jaisalmer.
Considere los meses que viajará por India. En abril / mayo las temperaturas ascienden a 47 grados y no es nada agradable andar en buses y trenes llenos con esas temperaturas.
A ninguna ciudad llegamos con reserva previa de alojamientos. Simplemente al llegar, nos dejábamos "acosar" por los caza clientes que andan en busca de turistas que llevar a un hotel por comisión, y apelando a nuestra intuición, siempre llegamos a lugares decentes, limpios y económicos. Sepan también que hasta los hoteles en Baja temporada son regateables. Siempre les va a convenir hacerte un precio por la habitación, a que te vayas a buscar a otro lado y ellos quedarse con el hotel vacío.
La guía Lonely Planet de India también fue de bastante ayuda, para tener referencias de precios de hoteles y precauciones con estafas comunes de indios a viajeros.

Esta ruta puede hacerse perfectamente en 2 semanas.

India es un destino tremendamente exótico. Todo es diferente, pero no olvidemos que los extraños somos nosotros. Respetemos su cultura vistiendo apropiadamente, mostrar hombros y abdomen y muslos puede resultar ofensivo, sobre todo si te ven como mujer soltera, viajando sola. Viajar liviano y con pocas cosas siempre es mejor, en cualquier lugar del mundo, pero según nuestra experiencia en los transportes locales, yo no llevaría la maletita linda con la que uno de se va de vacaciones al Caribe. Vaya con la mente mega abierta y ármese de paz y de ciencia, porque los indios sacan de quicio hasta al más iluminado.

viernes, 24 de mayo de 2013

Varanasi. La ciudad sagrada donde confluyen la vida y la muerte.

Varanasi, actualmente, es considerada por los hinduistas como una de las principales ciudades de peregrinación. Según la tradición, todo hinduista debe visitarla al menos una vez en la vida.  La categoría de ciudad santa proviene de la creencia de que una de las cuatro cabezas del dios Brahmá consiguió descansar al llegar a esta ciudad.




El protagonista de Varanasi es su río Ganges, al que cariñosamente llaman Ganga.
Según el hinduismo, todo aquel que muera en Varanasi queda liberado del ciclo de las reencarnaciones. Bañarse en el ganga, se considera purificador y te libera de los pecados y el mal karma.
Por sus sagradas aguas confluyen la vida y la muerte. Las escalinatas que bajan al río, conocidas como gaths, se repletan cada día con miles de personas que lavan sus ropas, sus cuerpos, sus dientes, y a los búfalos. Juegan y hasta hacen sus necesidades. Mientras al fondo del río, descansan otros cientos de millones de almas libres de pecado, que contemplan desde el fondo, la vida.


Esta ciudad es conocida por sus cremaciones, y estar aquí, significa poner en jaque las emociones y sensaciones, que se intensifican a los 47 grados.
Sus laberínticas callejuelas, albergan un olor a cloaca, fritanga, tubo de escape e incienso bastante ingrato. Y si a eso le sumamos los bocinazos constantes, el calor y el tener que esquivar motos y pedazos enormes de bosta de vaca, resulta agobiante. Arrancas del caos de la ciudad y te vas a orillas del río en busca de un lindo atardecer, pero una vez ahí descubres que caminar por sus gaths te predispone a decir "no thank you" 30 veces por minuto. Los vendedores ambulantes intentan venderte lo invendible, los boteros te ofrecen paseos en barca por el río y uno que otro viejo sabio de mirada perdida, intentará sacarte unas rupias tras una bendición que sella en tu frente con un punto de color rojo o naranjo.


Después te topas de frente con una fogata, que tras mirarla con atención, percibes como a través de las llamas, sale la mitad de una pierna. Te impacta una imagen así, sin duda, y quieres fotografiar, pero está prohibido. Es mejor guardar la cámara en el bolso para no meterse en problemas. Abundan los estafadores que esperan que saques la fotito y después se acercan a meterte miedo diciendo "si no me pagas mil rupias, te vas a ir preso", y cosas así, la situación es incómoda y se ponen agresivos. A mi me desearon lo contrario a un buen día, gritándome a mis espaldas: "Bad woman" "Baaad Karmaaa", mientras hacía mi retirada.
Recomiendo contemplar las cremaciones desde un bote al atardecer. Escenas como esas invitan a la reflexión y al silencio, y desde el ganga se consigue encontrar esa paz que no se halla en sus gaths.


Varanasi posee una energía muy potente. Es un lugar especial que no deja a nadie indiferente.
Es como estar dentro de un sueño, donde todo lo que ocurre a tu alrededor está fuera de contexto.
Esta es la India "profunda" de la que todos hablan. Esa India onírica y llena de contrastes, que la amas y al segundo, la odias.
Mis días en la ciudad sagrada del hinduismo, hicieron reconsiderar mi posición de la viajera aventurera en busca de emociones extremas.

domingo, 19 de mayo de 2013

El viaje en tren que nos puso a prueba...

Nos quedamos estancados en Rishikesh. Hasta ahora, una de las ciudades más tranquilas de India. Queríamos salir de la paz para ir a meternos al infierno de Varanasi (?) ni yo entiendo muy bien porqué. Pero no podíamos irnos porque no encontrábamos un tren con asientos disponibles que nos llevara a la ciudad sagrada del Hinduismo. Y así, se nos fueron 2 días sin mucho que hacer esperando que en la agencia que vendía tickets de tren, nos confirmaran nuestro pasaje Haridwar (a una hr. de Rishikesh) destino Varanasi.
Finalmente encontramos pasajes. Pero hasta el último minuto el tipo de la agencia nos dice que no tenemos asiento y que no nos preocupemos, que una vez arriba del tren, encontraríamos algo porque estábamos en  número 1 y 2 de "lista de espera". Por eso pagamos 1000 rupias, casi 10 mil pesos chilenos, que sería una millonada acá en India. Pagamos más caro para asegurarnos comodidad en la clase "Sleeper", ya que se nos venían 21 hrs. Pero a diferencia de ese tren sleeper que tomamos al principio del viaje, no encontramos nada en la 2da clase con aire acondicionado. Vaya haciéndose la idea que por estos días, India hierve a más de 40 grados. Bueno, lo tomamos sin mucho más que hacer.


Una vez en la estación de Haridwar, la realidad india me da una patada en la cara. Estamos en la estación más llena que hemos pisado, la gente desparramada por el suelo, durmiendo, comiendo, viviendo, haciendo sus necesidades en plenas líneas ferreas y un viejo vagabundo desnudo, cubierto apenas de una sábana, tirado en el suelo, parece que está en su último suspiro. Me acerco a él y le regalo la galleta que me quedaba, pero no tenía dientes para poder masticarla. Que impotencia!
Quizás estaba más sensible que de costumbre ese día, imágenes como esas ya habían desfilado por mi retina las últimas semanas, pero hace unas horas me había enterado que mi sobrino ya había nacido. Me había convertido en tía por vez primera y yo estaba a la cresta del mundo, cuando debería estar en casa con mi familia, compartiendo ese especial y mágico momento llamado VIDA. Ese es el lado B de ser una trotamundo.
VIAJARmi verbo favorito que me hace inmensamente feliz, y que parece algo tan inalcanzable y soñado para algunos, se transformaba ese día, y las horas que estaban por venir, en algo así como una pesadilla.
Subimos al tren. Estaba...no se qué palabra representa algo más lleno que "repleto". El tren estaba sobrevendido y desde ya teníamos que olvidarnos de esa lista de espera. Se nos venían 21 hrs de tortura. No teníamos donde dejar nuestras cosas, y nos quedamos parados por horas a la salida del baño, compartiendo un metro cuadrado con 3 más, y no olía muy bien que digamos.


 Nuestras cosas, y nosotros mismos, bloqueábamos la pasada. Fue terrible! Después, nos sentamos en el suelo, donde más! y mi marido se puso a bucear en su mochila buscando nuestro tablet, que nunca lo encontró. Antes de que el tren partiera, fue a averiguar que pasaría con nuestras camas en lista de espera, y el tablet se lo sacaron cuidadosamente de la mochila y hasta se tomaron la molestia de dejársela cerradita! Y eso no es todo...yo lo dejé cuidando las cosas y partí a recorrer el tren por dentro, viendo si había un trocito de pasillo que nos permitiera instalarnos y un indio de ojos desorbitados que de seguro estaba en Júpiter de drogado, hizo como que se tropezó, y con su mano me pegó una buena manoseada en mi pechuga izquierda!!! Cómo habrá sido de chocante que hasta me acuerdo que fue la izquierda. Mi inglés se auto bloqueó y le tiré una puteada en buen chileno, y cuando yo grito, mi proyección vocal puede cruzar los 5 continentes. A tal punto que desperté a todo el tren y acto seguido de mi rosario de desahogo chileno, le pegué un combo tan ordinario, que en ese instante, mi adrenalina me hizo creer que di un golpe duro increíble. Pero rato más tarde vi al tipo y no le quedó ni rosadito cuando yo tenía el nudillo del medio colorado y un tanto hinchado. Por suerte no pasó nada más. Papá, Mamá: Mi mano y mi pechuga siguen en su lugar, don´t worry!
El tipo jamás debió imaginar que una mujer reaccionaría así, por lo sumisa que es la cultura femenina en India.
Como las cosas no podían estar peor, volví donde mi marido con el corazón a mil, aunque sorprendentemente tranquila y satisfecha por haber puesto en su lugar al flaite ese. Al rato, un inspector de tickets del tren bastante amable, nos ofreció parte de su asiento y confirmamos que de ser posible conseguir una cama, eso ocurriría cerca de las 8 am. y eran las 12 de la noche.
Por suerte, esto no fue así. Tras una parada donde se bajó una buena cantidad de gente, se desocuparon 2 camas que las agarramos como desesperados. Esto fue a las 4 am. y quedamos un tanto separados. 
Cerca de las 7 am. abro los ojos y a mi alrededor tenía 6 indios mirándome como si yo fuera una estrella de Bollywood. Y para ser honesta, mi apariencia a esas alturas, era tremendamente indigna.
Ya era de día y la temperatura estaba por subir a un grado por hora. Después de la 9 am. se bajó mucha más gente y ahí pudimos al menos quedar uno al lado del otro. En una de las camas de más arriba que están pegadas al techo. A medio día el calor era insoportable, si afuera hacían 44 grados, ahí adentro habían más de 50! Me pegué un recalentón cerebral y estoy segura que lo que me dió fue fiebre y deshidratación extrema. Podría asegurar que mi cuerpo experimentó los más de 40 grados de fiebre. El panorama estaba borroso y casi tuve alucinaciones, mientras mi marido mojaba su toalla con agua hirviendo, la ventilaba para enfriarla y me la ponía encima. Tuve que bajar de ese espacio, que era lo más cercano a las llamas del infierno y después de un rato de cuidados y amor, me sentí mejor.
Las últimas horas fueron eternas. No comíamos nada hace 20 horas y no nos atrevíamos a comer las fritangas que vendían los vendedores ambulantes que se subían al tren. Preferíamos tener muchísima hambre que vivir una diarrea en esos baños.
El tren llegó a las 5 de la tarde. Una hora después de la programada.
"Welcome to Varanasi" es la bienvenida que nos da el conductor del rickshaw (mototaxi) al que nos subimos. Fue muy amable de entrada. Pero como no nos quedamos en los guesthouse que nos quería llevar (donde obviamente recibía comisión) la buena onda llegó hasta ahí no más y nos dejó bastante lejos de nuestro destino. Tuvimos que tomar otro transporte. Esta vez, un ciclorickshaw (bici con un carrito) cargado hasta el cielo con nuestras cosas y nosotros encima de éstas. Ese instante sí que estaba para una foto, pero mi cansancio/idiotez era extremo y no me animé.
La tarde se nos fue buscando un alojamiento decente...Y como la comodidad tiene un alto precio, tuvimos que aflojar un poco el bolsillo, pero le dimos prioridad al descanso que tanto necesitábamos.

Ganpati Guesthouse.

Llevamos 2 meses en el país del masala chai, y el "Welcome to India" nunca fue tan extremo como aquel día.

jueves, 16 de mayo de 2013

Amazing Race: de China a India con sorpresa en Sri Lanka!

Hace ya más de un mes, dejamos atrás las tierras del alóz con palitos y nos preparábamos psicológicamente para nuestro siguiente destino: India!
Dejábamos el frío invernal de China y nos disponíamos a entrar al calor infernal del país multisensorial.
Y como China nos cansó bastante, decidimos partir por el sur que es todo naturaleza, relax, playas y comida rica!
Así que el plan de vuelo era Beijing-escala en Sri Lanka-Chennai (sureste de India).
Supuestamente desde Chennai tomaríamos un tren rumbo a Kerala, pero el día antes de volar, supimos a través de un mail que un gran amigo estaría en Goa hasta la semana próxima, así que nuestros planes cambiaron un poquito.
Y partió la odisea...Salimos de Beijing, luego de una exhautiva revisión policial y volamos a Colombo, Sri Lanka, que es donde haríamos una escala para continuar a Chennai.
Volamos con Sri Lankan Airlines, atendidos como si fuéramos en 1era clase, con comida deliciosa,  un personal sonriente y servicial, y coquetas azafatas con unos trajes tipo saris que no podían más de lindos!


Aterrizamos en Colombo. Fuimos a averiguar al mesón de la aerolínea por nuestro siguiente vuelo, que según el detalle de la página web en la que compramos nuestros vuelos (Rumbo.es) tendríamos unas 3 horas de escala. Pero nos llevamos la gran sorpresa de que nuestro vuelo salía en 8 horas más! Era de noche, estábamos en un país del que no sabíamos nada -Si era seguro o peligroso, si los alojamientos costaban una fortuna o no- y bueno, se cruzó por mi cabeza quedarnos ahí no más, dormir en un rincón del aeropuerto. Pero la persona que nos atendió en el mesón de la aerolínea nos pasa un papel con el nombre de un hotel y una compañía de taxis que nos llevaría. Quizás cuánto tendríamos que pagar por ese servicio, pero como no teníamos muy claro de que se trataba esto, preguntamos bien, y nos llevamos la grata sorpresa de que todo este "lío" era gentileza de Sri Lankan airlines!!!
Salimos del aeropuerto, y tras 15 minutos de trayecto, llegamos a un hotelcito bastante rico les diré. Aún no podíamos creer esto, pero después del Check in, confirmamos que esto del hotel pagado era real! Nos instalamos en una pieza maravillosa que lamentablemente usaríamos por 5 horitas y nos percatamos que afuera había un sonido de fondo...ese maravilloso ir y venir de las olas del mar. Estábamos en un hotel con piscina, con playa y nada de eso lo aprovecharíamos. El clima era delicioso y caminamos guiados por la brisa marina. Estaba muy oscuro y no logramos ver el color de ese mar, que según las fotos, es caribeño. Las palmeras bailaban a nuestro alrededor y nosotros corrimos a mojar nuestros pies y sentir la temperatura de las aguas srilankesas (así se dice?)
La tibieza de sus aguas invitaba a un chapuzón, pero no sabíamos si en esas costas habitaban medusas venenosas y nos conformamos con mojar nuestros pies. Me dieron unas ganas locas de cancelar el vuelo y pasar una semanita en esa isla perdida del mundo...y es así, como se suma otro destino en mi "bucket list": SRI LANKA.
Dormimos pocas horas y a las 4 am. estaba nuestra van recogiéndonos para llevarnos de vuelta al aeropuerto (Gratis)
Sellaron nuestros pasaportes con el timbre de un país que ni si quiera vimos, y volamos a Chennai, India. Una vez en el aeropuerto, averiguamos cuánto nos saldría llegar a Goa ese mismo día. Nada de barato, pero el encuentro con un amigo no tiene precio! Nuestro vuelo tenía una escala de 3 hrs, esta vez en Mumbai, la ciudad del Bollywood. Ahora sí que sí, último avión...destino, GOA!
Pero la playa donde se encontraba nuestro amigazo estaba a una hora en taxi...a esas alturas, nuestras nalgas eran una marraqueta, y mis pies, de tanto volar estaban como empanadas.

Así estábamos después de tantos vuelos...

Ahora la misión era encontrar la esquina donde nos esperaría nuestro ansioso y feliz amigo, en Anjuna, ya que nuestro taxista conocía el sector, pero no las indicaciones exactas donde nos esperaban.
Pero finalmente, siempre se llega a destino, cueste lo que cueste. Y Goa, ese pedazo de costa yogui que no estaba en nuestros planes, superó gratamente nuestras expectativas. "No son playas como las de Tailandia" nos advertía nuestro querido socio brode para que no nos ilusionáramos, y efectivamente es así.


Pero la compañía, la increíble comida y los hermosos atardeceres, hicieron que esa semanita fuera un delicioso y relajado comienzo en tierras indias.




viernes, 10 de mayo de 2013

Pura amistad

Llevamos más de un mes en India, y no he visto en las calles a las parejas de la mano, coqueteando y mucho menos besándose. Eso es algo no muy bien visto por estos lados del mundo. Excepto a una pareja de adolecentes que vi en un lugar turístico, pololeando y siendo unos rebeldes sin causa por demostrar, de forma inocentísima, su amor...

Una pareja de pololos, lejos de casa. (Foto: tumba de Humayun, Delhi)

Sin embargo, me ha llamado profundamente la atención, que los hombres entre ellos, se hablan a poca distancia, con miradas tan coquetas que hasta me pongo colorada y nerviosa de puro mirarlos.
Se dan la mano (a dedos cruzados) y se toquetean de una manera, que despierta sospechas en cualquier ciudadano del mundo que no sea indio. Incluso el más abierto de mente.
No dudo lo que se dice: es pura amistad. Entre mejores amigos es común ver estas muestras de cariño, quizás un tanto exageradas para nosotros.

Los colegas super amigos. (Foto: Taj Mahal)

Pero porqué es raro? simplemente por el hecho de no estar acostumbrados a ver algo así. No es parte de nuestra cultura, es más, en Chile, si los más amigos se saludan de beso, este gesto va acompañado de un abrazo a golpes en la espalda bien masho alfa, para que no quede duda y nadie piense que es gay!
Por qué es raro, si nosotras en el colegio también tuvimos una mejor amiga con quien andábamos de la mano en el recreo?
Quizás estamos demasiado "formateados", absorviendo desde el día que nacimos conductas un tanto machistas, que con los años se van insertando en nuestro disco duro que separa en "carpetas" lo bueno, lo malo, lo normal o lo raro. Es inevitable, y muchas fuentes son influencias, como la publicidad, la familia, el colegio, los amigos, etc...

Por eso considero importante viajar. Para aprender y por sobre todo, desaprender. Para romper los prejuicios y esas creencias que estan ancladas en la mente, que te impiden ver "mas allá" de nuestro propio circulo. Para ver cosas que escapan a nuestra realidad. Para observar otras costumbres, sin juzgar.
 

jueves, 2 de mayo de 2013

Samiksha.

Hace unos días, tomamos un tren desde Ajmer rumbo a Udaipur. Eran 5 horas de viaje. En uno de esos trayectos que se tornan eternos por la incomodidad de los asientos y el aire hirviendo que entra por las ventanas.
Sin embargo, se me pasó volando y fue muy entretenido (al menos para mi)
Cuando llevábamos unos 15 minutos de viaje, desde el asiento de adelante se asomaron los ojitos mas negros, brillantes y juguetones que hasta ahora se han cruzado por mi camino viajero. Y, ante esa mirada que me decía "dale, juega un rato conmigo que estoy aburrida", yo caí rendida!
Su nombre era Samiksha. No tenía más de 7 años, y en su corto camino de vida, se hizo amiga de una chilena de 32, que por 5 horas fue la mejor amiga que ha tenido en un viaje en tren.


Decía algunas frases básicas en Inglés, y yo con suerte se decir "namaste", así que no pudimos profundizar mucho. Pero el lenguaje en los juegos es universal. Las sonrisas, los gestos, los dibujos, etc. fueron nuestros códigos. Y lo pasamos increíble!


Cuando quedaba como una hora de camino, se puso triste. Ya íbamos a llegar y sabía que se venía el adiós definitivo.
Yo también me puse triste, y cuando nos tocó bajar del tren y despedirnos, me abrazó y me susurró al oído: "All the best, I love you".
Me deseó lo mejor y me dijo que me quería!!!
(Ahí casi muero de amor)
Después nos bajamos del tren, en una estación llena y no la vi más...
Nos tomamos un rickshaw de la estación a nuestro alojamiento, y yo pensaba en Samiksha. Me preguntaba cómo sería su vida y pedí para mis adentros que todo estuviera bien y que nada le faltara.

Al día siguiente, caminando rumbo al palacio de Udaipur, pasé por fuera de una colorida tienda que era el paraíso de las marionetas. Nunca he sido una loca por las marionetas, pero éstas me encantaron.
El dueño de la tienda, el Sr. Rajesh (se pronuncia rayesh) es un marionetista con 20 años de circo. El mismo hacía esas maravillas, y además, les daba vida. Habían cientos de marionetas y de muchos tipos, pero la que me cautivó era una bailarina. Con sari indio y todo el enjoyado rajastaní, esta bailarina nos regaló unos pasos elegantes y seductores realizados a mano por Mister Rajesh. Quedé encandilada con este arte y quería una para mi y aprender a moverla así!
Seguí mi camino, pero al día siguiente a primera hora estaba ahí, eligiendo mi marioneta danzarina y le pedí a Mr. Rajesh que me enseñara.
Me fui con mi marioneta caminando por la calle con una sonrisa de polo a polo...Y me acordé de Samiksha. No lo dudé más. Así se llamaría mi marioneta. Samiksha.


A la mañana siguiente, ahí estaba con Samiksha para mi clase.
Rajesh no era profesor, así que no sabía enseñar. Sólo mostraba su ejecución con maestría y yo no lograba ni entender cómo mis dedos son tan tiesos.
Rajesh se reía con ternura y en su inglés intentaba explicarme como agarrar los hilos y me mostraba lentamente algunos pasos de baile.


Volví esa misma tarde a comprarle 2 marionetas más. Ahora Samiksha no estará sola...
...Recorrerá el mundo junto a Rajesh y Citara.

Rajesh y Citara.


Samiksha, la niñita del tren que me robó el corazón, nunca sabrá que existe una marioneta así de linda, y con su mismo nombre...