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jueves, 25 de abril de 2013

Trekking en Sapa (y una noche muy especial)


Sapa es un lugar que queda en el norte de Vietnam casi pegadito al sur de China. Es un valle que queda entre las nubes y que parece sacado de una postal.


Repleto de refugios de montaña y de mujeres de minorías étnicas en la calle intentando vender a los turistas paseos por el valle que generalmente son con estadía de una noche en sus casas.



Después de instalarnos en una pieza con una vista increíble al valle por 10 dólares (poco menos de 5 lucas la noche), nos fuimos a explorar...hasta que después de decir "no, gracias" muuuchas veces a estas chicas de la tribu Hmong, conocimos a Xi.


Nos ofrecía lo mismo que sus "colegas", con la diferencia que ella se ganó un sí, acepto, por parte nuestra.
Quedamos de juntarnos al día siguiente y ahí estaba ella, puntual y sonriente.
Partimos caminando a las 10 am. y el trekking que se nos venía era maravilloso! Cada vez se iba poniendo más bonito el camino, el valle nos regalaba vistas espectaculares de sus terrazas de arroz y los saludos amorosos de los niños que nos cruzamos, nos alentaban a seguir.





Después de varias horas atravesando bosques de bambú y las nubes mismas, llegamos a las 17 hrs. a la casa de Xi y su familia. Xi tiene marido y 3 hijos. 2 niñitas preciosas que me miraban curiosas y un niño que no nos dió ni bola. Su casita era de bambú con piso de tierra.


Tenía una sencillez envidiable que por momentos nos hizo reflexionar y cuestionar nuestra forma de vida en Chile, que carecía de lujos, pero al mismo tiempo era muy lejano al minimalismo y sencillez con la que ellos enfrentan su día a día. Viven de sus cultivos de arroz, de sus chanchos y aves... y bueno, de los turistas que aceptan irse con ella de trekking.
Al caer la noche, mientras comíamos, Xi nos hablaba de que vendrían sus amigos. No entendíamos muy bien qué se venía. Acaso haría una fiesta esta mujer? Nosotros estábamos cansados y nuestro único plan en mente era dormir y despertar descansados para la caminata del día siguiente.
Pero no siempre las cosas salen como uno las imagina, y después de comer en familia, la casita se llenó de unas 8 personas. Nuestra cama estaba en un rincón del living, asi que asumimos que tendríamos a alguno de sus invitados sentado a nuestros pies.


Hasta ahí, todo parecía "normal"...
Pero al rato, Xi nos dice que si queremos ir al baño que salgamos ahora (el baño estaba afuera) porque las puertas de la casa se clausurarían (!?) Ok, pensamos nosotros, y sin tener ganas, ni entender mucho, nos obligamos a hacer pipí.
Después, el marido de Xi con uno de sus amigos, se pusieron a excavar un hoyo en el suelo de plena casa a 1 metro de nuestra cama!!
Por mientras, desde afuera de la casa, se sentían unos chillidos de chancho muy agudos y angustiantes.
Otros 2 amigos, traían un lechoncito que una vez dentro de casa, se hizo pipí del susto por saber lo que se le venía...Y lo que se venía era evidente: iban a faenar frente a nosotros a este desafortunado chanchito. Quizás si yo hubiera nacido en el campo, esa escena no me habría chocado tanto, pero no lo soy, y sin duda me impactó, aunque nuestra cara de poker era para no creerlo. No quisimos mirar todo esto ni con asco ni con cara de "Ay que terrible". No había nada que juzgar, ya que estábamos en SU terreno y ese chanchito no era su mascota, sino su fuente de alimento...así de simple.
No quiero dar detalles, pero en este hoyo que cavaron en el suelo, fueron echando los desechos de sus intestinos! Así es...se comen absolutamente TODO! Cabeza a la olla, sus interiores y hasta la sangre del animal era la sopa de este campestre banquete, al que por supuesto dijimos "nooo graaacias".
No somos vegetarianos ni mucho menos, y la verdad, pese a lo fuerte de ver a un pobre chancho chillando mientras lo faenaban, consideramos que es bastante más honesto y puro hacerlo de ese modo que como se hace en las ciudades. A mi por momentos me dió pena el animal, pero después pense: acaso me dio pena comerme el curry de pollo el día anterior? como crees que llegó a tu plato? 
Si al final, cualquier cosa que no estemos acostumbrados a ver o hacer, es lógico que produzcan un impacto en nosotros.
Nunca supimos si esto era una especie de ritual, celebración o qué, pero la puerta siguió clausurada toda la noche y cuando sí nos dieron ganas de ir al baño, fuimos a hacer pipí donde hacían todos: en la cocina. Sí, ahí mismo...en el suelo de la cocina. (no se imaginen la cocina tipica occidental por favor)
Por supuesto que esa noche no dormimos nada y por suerte que ese hoyo que cavaron no fue para echar nuestros restos.
Al día siguiente nos levantamos con un cansancio tremendo y sin mucha energía para emprender la vuelta de 9 kilómetros en subida de regreso a Sapa. Nuestra Xi estaba con una caña de tanto "happy water" (algo así como un licor de arroz tan fuerte como el agua ardiente) y lo seguían tomando al desayuno, pero se volvió con nosotros y terminó su trabajo de lo más bien...es más, nosotros íbamos muertos y ella ni sudaba! La costumbre no? ese camino era pan de cada día para ella, pero para nosotros, una de las caminatas de nuestra vida.

Una breve pausa en el camino...

Tuvimos la posibilidad de irnos de vuelta a Sapa en moto, pero quisimos llegar a la meta y tomarnos en serio el desafío. Y lo logramos! Entre el kilómetro 5 y el 8 me dieron ganas de tirarme valle abajo y mandar todo a la punta del cerro, pero puse todo mi esfuerzo y este trekking fue para nosotros un entrenamiento para el más grande trekking de nuestras vidas: Los himalayas en Nepal en el techo del mundo, que haremos en mayo.
Sin duda, fue una noche que nunca olvidaremos y hasta ahora, una de las más especiales de este viaje.

Este artículo fue escrito para Faro.Travel, la comunidad más importante de viajeros en Chile, con un número considerable en aumento de adictos a los viajes...y nuestra misión es que todos se infecten, y que esta enfermedad, les salve la vida. 

jueves, 11 de abril de 2013

Halong bay, un sueño hecho realidad !!

Cuando tenía 14 años, vi en un programa de viajes de tv, un lugar llamado Halong Bay, que en ese entonces, aún no era explorado por el turismo. Recuerdo haber quedado tan maravillada por la belleza de ese lugar como sacado de una película, que ahí mismo en el living de mi casa, me propuse verlo, fotografiarlo, olerlo y navegarlo (algún día)...
18 años después, llegó ese algún día.
Y la noche antes costó dormir.
Y horas antes le apretaba la pierna a mi amado.
Llegamos. Ahí frente a mis ojos está Halong. Nublada, pero no mi fe.
Deseaba con tanta fuerza conocer a Halong Bay en sus mejores días. Con sol la bahía se viste de azul y yo soñaba con ver ese lugar brillante de luz y con la gama más amplia de azules y verdes, por lo que mis expectativas eran altísimas (y eso no es tan bueno).
Pasaron un par de horas entre que nos trasladaron al barquito, nos hablaron de las actividades, trago de cortesía y nos ubicaron en nuestra habitación "suitebañoincreíblebalcónprivado".
Mientras arrasábamos con todo lo de la mesa en pleno almuerzo, se podía comenzar a apreciar un incipiente azulado desde el exterior. Me disculpé con el resto de los comensales por pararme de la mesa en plena comida, pero mi camara, Halong y yo teníamos una cita pendiente: juntarnos en plena bahía cuando saliera el sol.


Y ahí figuraba yo, disparando con mi cámara y navegando ese lugar soñado, en un barco preciosísimo y con copa de vino chileno en mano...Qué mas?!!
Después de la cita, nos fuimos a ver una cueva impresionante, era enorme y tan profunda que deberia ser la octava maravilla del mundo.


Y después, por si fuera poco, cerraríamos el día y comenzaríamos la noche andando en kayak al atardecer. Un sueño!


No sabría cómo describir las sensaciones de estar en ese lugar tan hermoso y gigantesco. Me sentí (y me sigo sientiendo) la mujer más afortunada del mundo.
Regresamos al barco y cuando aún no alcanzó a abrirse el apetito, nos enchufaron una cena que estaba muy buena, abundante y variada, como todas las comidas.
Comida+vino+aunospasoslacama = A Dormir!
Creo que hace unos 25 años que no me dormía antes de las 10 de la noche.
Al día siguiente, estaba despierta y feliz a las 6 am. lista para mi próximo encuentro con Halong, esta vez al amanecer, y a dos metros de mi cama...en nuestro balcón privado!!
Esta vez vestía un traje gris y se veía misteriosa, pero serena.
Después de un desayuno, bueno, pero no tanto como los almuerzos y cenas, nos llevaron a una granja de cultivo de perlas que al menos para nosotros estuvo de más. Hubiésemos preferido quedarnos en la terraza del barco apreciando el paisaje y contemplando cómo la bahía se teñía de azul, al igual que ayer.
La tarde se venía muy entretenida y activa, con una cicletada en una isla y caminata por la jungla vietnamita.


Todavía ni almorzábamos y ya habíamos hecho todas esas cosas. Ahora sí, con hambre, nos fuimos en nuestro minicrucerito a otra isla donde nos esperaban nuestras cabañitas con playa privada.


Parece que estuviera exagerando pero les juro que así de Rock Star era la cosa.
El paisaje parecía pintado por Dalí, y así de surrealista era...




En la tarde sólo algunos fuimos a Monkey Island, una isla que prometía muchos monos.
Y sí, habían monos.



 Pero unos 10 minutos después que pisamos la isla, SU isla, se pusieron raros, agresivos y al parecer no estaban nada felices con nuestra presencia. A mi me tironeó un no muy amistoso primate y acto seguido, me salta a la altura de mi cara como intentando quitarme mi cámara de fotos. Otro mordió a mi marido en la pierna, pero por suerte sobre el pantalón, asi que fue superficial. La guinda de la torta fue que un alemanote bien macho, moreno y fornido, terminó corriendo/gritando como niñita perseguido por 3 monos (y terminó en el agua)
Nos fuimos de ahí, o mejor dicho, nos echaron!
Así que volvimos a la islita donde nos esperaba nuestro asado buffet con botella esta vez de vinito chileno en la playa donde cerraríamos nuestro 2do hermoso día en Halong Bay. Se armó una fogata, y a la luz del fuego alegramos la velada con unas melodías en ukelele y acordeón. Hasta sacamos aplausos!
A las 11 de la noche, la isla ya estaba durmiendo.
Nuestra última mañana tuvo una carga melancólica. Nadie quería volver a la ruidosa y caótica Hanoi. Habían muchos sentimientos en juego, pero predominaba la felicidad y la gratitud. Dije para mis adentros "Gracias" mil veces mientras miraba el cielo. Gracias Halong por recibirme tan linda y luminosa y cálida. Gracias a mi misma por permitirme vivir esto, soñar y cumplir esos sueños, aunque demoren 18 o 40 años concretarlos. Y sobre todo, Gracias Diosito, por crear lugares tan cargados de magia y belleza dentro de este mundo, y por darme un free pass para explorar cada rincón que yo quiera.

*Datos y consejos para el paseo por Halong Bay*

En Hanoi hay cientos de agencias de viaje. Muchas serias y muchas otras que prometen y no cumplen nada. Generalmente estas agencias truchas venden paseos misteriosamente baratos.  Lamentablemente en este tipo de tours, quien más paga, va al mejor barco, obtiene el mejor servicio, come la mejor y más abundante comida y se cumple con cada actividad al pie de la letra. Así que si lo que quieres es vivir una buena experiencia, vas a tener que aflojar un poco el bolsillo.
Los paseos son de 2 días 1 noche en el barco, cosa que no recomiendo para nada porque Halong está a 4 hrs de Hanoi y pasar un día, dormir y a la mañana sgte volver de ese lugar tan bello y perderte el 2do día que es el mejor, me parece una tontera.
Nosotros hicimos el de 3 días y 2 noches, con la 1era noche en barco y la 2da en el bungalow en esa playita para nosotros. Creo que fue suficiente, pero el lugar es tan bello, sobre todo si toca despejado, que nosotros felices nos hubiésemos quedado una 3era noche en ese paraíso.
Nuestro barco se llamaba Imperial Cruise, era uno de los más lindos de la bahía y lo ofrecen algunas agencias del Old Quarter de Hanoi.
No recordamos el nombre de la agencia pero quedaba en la pequeñita calle Ngo Guyen, cerca de la catedral y frente a una pizzeria llamada Gecko. Se ve chiquita, pero es bastante seria y nos trataron de maravilla.

Sin duda, Halong Bay es mucho más que un simple paseo, es una experiencia que se vive. Y nosotros recomendamos vivirlo, a concho.