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miércoles, 21 de agosto de 2013

La inolvidable salida de Myanmar y el susto de nuestras vidas...

Antes de comenzar a escribir, ya se pasean por mi cabeza cientos de imágenes de nuestro paso por tierras birmanas.

 Foto de arriba y abajo: Amarapura.

Bagan.

Descubrimos esa joya llamada Bagan, navegamos las calmas aguas del lago Inle, y paseamos de lo lindo por Mandalay y sus pequeñas ciudades imperiales que la rodean.
Hicimos nuevos amigos: Cris y Maida. Chilenos como nosotros. Buenísima onda. Nos conocimos al llegar al país, en el Aeropuerto de Mandalay. Y al parecer el destino nos quiso volver a juntar porque después nos encontramos en Bagan y Lago Inle.


Compartimos lindos momentos y a la hora de despedirse nos dió pena. Cuando nos volveríamos a ver? Ellos, después de unos años en Barcelona, volvían a Chile. Nosotros, después de vivir toda la vida en Chile, nos quedaba viaje por Asia para rato y después nos iríamos a instalar a Vancouver. Osea, no nos veríamos hasta al menos un par de años más. Por eso la pena.
Bueno, después de un fuerte abrazo, se venía la aventura para lograr salir de Myanmar y volver a Bangkok.
Nos pasó a buscar un tuk tuk, que nos dejó en un cruce de carretera. Habían turistas con mochilas esperando buses, lo cual era una buena señal. La mala señal? llevábamos más de 1 hora y media esperando, pasaron más de 10 buses, pero el nuestro, ni la sombra. Algunos buses eran megaVIP y otros apenas podían reclinar los asientos. Se nos venía un viaje de noche, de 7 pm a 4 am. Desde Lago Inle a Mandalay.

Remadores de un pie, en Lago Inle.

Mandalay palace al atardecer.

Viaje nocturno en bus de Inle lake a Mandalay junto al monje parlanchín.

Finalmente y tras casi 2 horas de espera, pasó nuestro bus!! No era Vip, pero tampoco era malito. Ibamos pocos, pero en el camino se empezó a subir más gente. Todos locales. Ya eran como las 10 de la noche, la gente en el bus ya dormía y de pronto el bus para y se sube un monje. De esos con túnicas rojizas (no naranja)
Se sentó al otro lado del pasillo, al lado nuestro. Olía mal, muy mal. Sus ropajes expelían un fuerte pipí eau the toilette. Y este monje comenzó a hablar solo muy alto. La gente se despertó , pero por allá respetan mucho a los monjes y nadie lo iba a hacer callar.
Lo observé y tenía pegado a su mejilla algo mientras hablaba y obvio, estaba hablando por celular.
El monólogo del  monje se estaba extendiendo demasiado. No hablaba, gritaba, y la gente quería silencio. Lo seguí mirando, hasta que me percaté y le comenté a mi marido "Mira, lo que tiene en su mano no es un teléfono, es su billetera"!!! Y así estuvimos como una hora más muertos de la risa mirando a este viejo loco que le contaba quizás que cosas, a su billetera...hasta que al fin "se despidió y cortó".
Y así pasaron las horas, sentados en un bus toda la noche al lado del "monje loco" como le pusimos.
Por supuesto no pudimos dormir nada y llegamos a Mandalay a las 4 am. Estaba aún de noche y no sabíamos qué tan lejos quedaba el aeropuerto. Al mediodía salía nuestro avión  a Tailandia y la "estación de buses" no era nada. Ni baño, ni cafetería para tomar desayuno, nada. Entonces tampoco nos quedaríamos ahí esperando que amaneciera. Y decidimos irnos al aeropuerto.

Tremendo susto rumbo al aeropuerto.

Después de regatear con un par de taxistas, decidimos partir con un señor que se veía muy amable como cualquier birmano. Y una vez arriba del taxi, se suben 2 amigos acompañando al taxista. Uno de copiloto, y el otro, atrás de nosotros, que íbamos al medio. Al poner en la maleta del auto station nuestras mochilas, y al ver que uno de los tipos se estaba subiendo atrás, y el otro de copiloto, mi marido le pregutno al chofer si acaso era necesario ir con compañía. Y el chofer muerto de risa, nos dijo que nos relajáramos y que ellos eran sus amigos. Bueno, no teníamos mucha opción y confiámos.
Estaba de noche, muy oscuro, íbamos en medio de una carretera que apenas tenía unos faroles que iluminaban el camino. En ningún momento sentimos una energía como de peligro...
...Hasta que de pronto, el tipo se salió del camino!!!
Comenzó a andar por un camino paralelo a la carretera que estaba más oscuro aún y nos miramos alerta. Mi marido le dijo que íbamos al aeropuerto. Qué camino era ese? Empezamos a hablar entre nosotros sobre la situación. Qué hacemos si para el auto? Qué hacemos si...nooo chao, no pensemos en eso. Nuestros corazones estaban disparados. Eramos dos contra tres! Yo me senté como de costado "super relajada" conversando con mi marido, y con el ojo encima del tipo que iba atrás de mi amado. Nos tomamos la mano fuerte, y hacia mis adentros recé por nuestras vidas.
El momento de tensión duró unos cinco a diez minutos, pero fueron horas. Fue en los 7 meses de todo el viaje por Asia, EL UNICO instante donde sentimos MIEDO!
Pero gracias a Dios, mis abuelitos, y todos los ángeles que nos cuidan, no pasó nada.

Nos rajamos José!

El tipo que manejaba simplemente tomó un atajo para llevarnos al aeropuerto.
Todo lo demás fue una fuerte influencia hollywoodense.
Y ahí nos dejó, en medio de una noche oscura, en un aeropuerto que estaba completamente vacío! Estar tocando la puerta de vidrio de un aeropuerto para ver si venía un guardia que nos dejara entrar, es lo mas onírico que me ha pasado.
Y llegó alguien con cara de "me despertaron" que nos abrió. Nosotros figurábamos dentro de un aeropuerto completamente cerrado y muerto. Los trabajadores llegaban a las 6:30 am. y eran las 5:00 am. Nos fuimos a un rincón de un café para intentar dormir en el suelo y no pudimos por culpa de un zancudo hijo de fruta y su insoportable banda sonora.
Fueron largas horas de espera. Nuestros cuerpos estaban desconfigurados. Y sin darnos ni cuenta, ya estábamos arriba del avión que nos llevaría de vuelta a las tierras de los masajes thai.
Y así fue como cerramos otro alucinante capítulo de nuestra larga travesía asiática.

Adios Myanmar...!

Puente Amarapura al atardecer.

 

sábado, 2 de marzo de 2013

La magia de Bagan

Bagan, antiguamente Pagan, fue la capital de varios reinados y centro de la cultura y comercio, hasta que llegaron los mongoles. Se encuentra en la ex Birmania, actual Unión de Myanmar, a 150 km al suroeste de Mandalay. Esta árida meseta está salpicada de 4400 templos estupas y pagodas, cual espejismo del pasado. Es imposible no quedar boquiabierto y maravillado ante su impresionante similitud a la de un surrealista paisaje lunar. Es un lugar que sorprende hasta al más experimentado viajero. Incluso Marco Polo, que en su obra la describe como uno de los lugares con las mejores y más hemosas vistas del mundo. Habla de edificios recubiertos de oro y plata, coronados con campanillas que suenan al más leve danzar del viento. Y asi es! Nosotros estuvimos ahí, donde estuvo el grandioso Marco Polo contemplando esas épicas vistas y escuchamos el mágico sonido de esas doradas campanitas. Nos dimos baños de silencio en el interior de muchos de sus templos, frente a Budas gigantes recubiertos de pan de oro.
Sus amaneceres y atardeceres, con las puntas de sus estupas recortando el horizonte es una de las imágenes más increíbles que he presenciado en mi corta carrera de viajera y seguro figuran en el ranking de los más espectaculares del planeta. Recomiendo ir por tu cuenta y a tu ritmo en bicicleta, meterse a todos los rincones que llamen tu atención y subir a lo alto de sus puntiagudas estupas a darse un baño de luz y energía solar mientras te deleitas con las gloriosas vistas del atardecer. El inmenso astro rey rojizo baja frente a tus narices como el telón de un teatro que baja en cámara lenta transportándote a un mundo cargado de magia y misticismo.

 






Como llegar a este impresionante rincón del mundo?
Desde Yangon, hay vuelos y trenes a Bagan.
Desde Mandalay, también hay vuelos, pero la opción de llegar navegando por el río ayeryarwady es maravillosa. Hay dos ferries: El express que es más rápido y, por supuesto, más caro (40 dólares) que es 100% turístico. Y el lento que fue el que tomamos nosotros, por 12 dólares, con menos turistas y muchos locales. Es largo el trayecto pero te permite tomar contacto con la gente local y esa experiencia es inigualable. Se recomienda llegar temprano (a las 4:45 am!) y tomar ubicación en la parte de arriba de la embarcación si no quieres ir entre gallinas y piso mojado. Las paradas que hace durante el recorrido son muy entretenidas, la gente se baja y otras se suben a vender comida y las aldeas por donde pasas te hacen sentir que estás realmente lejos de casa, en otro mundo, e incluso, en otra época!

Con sueño, pero felices...rumbo a Bagan.

En el slow ferrie camino a Bagan, con nuestros nuevos amigos franceses compartiendo un par de metros cuadrados, lleve ropa abrigada que al amanecer está muy fresco.

Bagan es un tesoro de las tierras birmanas que HAY que ver antes de morir!
 

martes, 26 de febrero de 2013

Curiosidades de Myanmar

Myanmar, esa misteriosa y no tan visitada aún como su vecina Tailandia, es un país que nos ha sorprendido y encantado. Su abrumadora calidez humana y forma de vida sencilla no nos ha dejado indiferentes. Estando aquí, observamos algunas cosas (para nosotros curiosas) que captaron nuestra atención.

1. Billetes. Si bien su moneda local son los kiats, o "chats", acá también aceptan dolares. Eso sí, con los billetes americanos son muy estrictos y si están viejos o muy arrugados no te los aceptan. Hay que saber, que hoy ya no ponen tantas trabas como antes del 2012 que era muy complicado el tema de cambio de dinero.

2. Tanaka. El tanaka es una pasta amarillenta que usan sobre la piel de la cara por motivos culturales, cosméticos y hasta como protector solar. Se prepara mezclando corteza de árbol con agua. Usado principalmente por mujeres y niños.

3. ¿Qué hora es? Es común que la diferencia horaria sea entre 1 y 12 hrs. Pero de MEDIA hora!?
Nosotros veniamos con la hora programada de Tailandia y al programar la alarma por ejemplo, la poniamos una hora más temprano, pero siempre estábamos media hora adelantados y asi nos dimos cuenta, pero bien sorprendidos que habia una diferencia de media hr. con el pais vecino. Al menos a nosotros, nos resultó bien curioso.

4. Hombres en falda. No sé si es moda o qué, pero los hombres de Myanmar usan Longyi, algo asi como un pareo, y a mi, me encanta como se ven!

5. Pijama. Primero lo vimos mucho en Camboya. La gente en pijama por la calle, los niños jugando en pijamas fuera de sus casas, las chicas rumbo a sus trabajos con pantuflas de osos y conejos. Pero en Myanmar no era gente que estaba en la suya, sino que nos tocó gente en pijama interactuando con nosotros en un contexto tan surrealista como el de nosotros como clientes y ella como nuestra anfitriona, garzona y cocinera en el restaurant de la familia. Y ella, muy campante, después de todo, estaba en su casa no?, iba de allá para acá con su pijama de polar de bob esponja (con 32 grados!)

6. Betel. Gran parte de la población tiene sus dientes manchados producto de esa cosa roja que mastican, y teatralmente escupen como si fuese sangre. Este "snack" consiste en una hoja que envuelve algo asi como un fruto seco y una especie de mermelada roja que le da un sabor anisado, pimientoso, amargo y algo picante. Al igual que el tabaco, el betel produce adicción.


7. "Lipstick" Es tan universal eso de que las mujeres se arreglen. Da igual la etnia, raza, o forma de ver la vida.
En algunas ocasiones, caminando por un templo o viajando en algun barco con locales, unas chicas me pedían lipstick. A dos de ellas les regalé unos labiales con color y estaban tan felices como si a mi me hubiesen dado un ticket para dar la vuelta al mundo. El perfume es también muy solicitado.

8. Manubrio. Lo lógico es que en un país se maneje por la derecha o izquierda y el volante en el auto esté en el lado contrario del sentido que se maneje no? Bueno, en Myanmar el manubrio está a la derecha y se maneja por la derecha! Rarísimo!!

9. Tipografía. Nunca habíamos visto una letra tan diferente. Y verlos escribir es alucinante!

10. Su régimen político. Myanmar. Un país que antes se llamaba Birmania. Y que después de un golpe de estado en 1988 cambia a Unión de Myanmar. Viven hace muchos años, más bien, décadas, bajo una cruda dictadura. El gobierno militar ha encarcelado por años a muchos opositores. A algunos, sólo por cantar algo que se oponga al poder, o hacer algún chiste en contra del gobierno.
El nivel de represión es tan extremo que es ilegal alojar extranjeros en sus propias casas, tener fax, o hablar de política.

Pese a su horrible presente político, Myanmar es uno de los rincones más mágicos que guarda este sorprendente mundo. Y les aseguro que vale la pena descubrirlo!