miércoles, 14 de marzo de 2012

En busca de la felicidad

La vida en la ciudad nos impulsa a un ritmo que no queremos aceptar, demasiado apurados y sin descanso, cambiando nuestras prioridades y dejando a un lado inevitablemente lo que sí es importante: compartir más con tu familia y amigos.
La loca idea de despojarte de todo y renunciar a esa "estabilidad" que te dan cosas materiales como tu casa, tu auto, ese trabajo y tantas otras cosas que no te dan felicidad, son acciones que parecen descabelladas para aquellos que fueron consumidos por la vorágine y la rutina de sus vidas. (No digo que todos estén infelices en sus trabajos, solo me sorprendo de que hayan tantos insatisfechos con sus trabajos y por ende, con sus vidas)
Y bueno, para la mayoría de ellos, que no logran empatizar con nuestra pasión que es viajar, nos ven como vagos, eternos mantenidos, que vivimos en una burbuja y que viajar es sinónimo de vivir de vacaciones (que al menos yo no le veo nada malo) Pero, partamos de la base de que viajar no es lo mismo que irse de vacaciones...quienes piensen eso no ven más allá de sus propias experiencias: irse de vacaciones una o dos semanas al año cuando logran poner al fin una pausa a sus ajetreadas vidas.



Yo creo que la vida es mucho más que trabajar todos los días para poder pagar cuentas y sobrevivir, y donde la única aventura que vives día a día es llegar a tiempo al trabajo…eso para mí es lo opuesto a vivir…Creo que la vida se pasa volando y dejamos de hacer tantas cosas que siempre soñamos solo por cumplir ese canon establecido de vida que es casarse, tener hijos, trabajar aunque sea en algo que no te guste o que no tenga que ver con lo que estudiaste solo para sobrevivir? Eso es lo que nos enseña la sociedad, lo que se considera “normal”, aunque hacer de eso tu vida, vaya en contra de tus sueños y de ser plenamente feliz. ¡Qué terrible!  Ésta para mí es la respuesta a las preguntas: ¿Por qué  hay tanta gente insatisfecha y frustrada? ¿Por qué veo cada día más caras largas que sonrientes? Y es por eso mismo…no nos atrevemos a cumplir nuestros sueños por  temor a lo que pensará  el resto y no encajar en lo socialmente establecido como “normal”; o simplemente no nos atrevemos porque el medio para llegar a eso que tanto anhelamos implica desprenderse de cosas o creencias que nos amarran, o bien aquellos que culpan al resto por no estar viviendo sus sueños…Cuánta gente me dice por mis viajes: “que suerte”  y la verdad es que pienso, yo no me he ganado la loteria ni un concurso de viaje por el mundo gratis ni mucho menos, para ahorrar para esos viajes dejé muchas cosas de lado, cosas que, aunque a veces quiera, caigo en cuenta que no necesito: no me compro el último modelo de lo tecnológico, reciclo mi ropa y evito las modas… etc. Porque tengo otras prioridades en mi vida, y esa prioridad es SER FELIZ y al menos ya tengo clarito qué es lo que me proporciona esa felicidad:  VIAJAR!, aprender a moverme por el mundo, vivir el presente sin importar el ayer ni el mañana, conocer otras culturas y estar abierta a compartir mi día a día con alguien que me enseñe una forma de vida diferente, y yo poder compartir mis propias filosofías, aprender y poner en práctica, soltar mis propios prejuicios, superar esas barreras mentales que sólo contaminan tus propias creencias que son las que te estancan, entregarme al camino y confiar que todo lo que llegue a mi será por algo…Y toda esa experiencia y aprendizaje que cambia  tu modo de ver el mundo y la vida, no te la dan 15 días de vacaciones en un resort (que no niego que sea delicioso para aquellos que de tanto trabajar se los consumió el stress)

Es en el mundo donde se encuentra esa vida, en la diversidad, en sorprenderse con costumbres opuestas a las nuestras, en ver otro cielo, otras estrellas  y percibir otros colores y sabores y volvernos más consientes sobre cada acto que realizamos. En otras palabras, volver a conectarnos con nosotros mismos, con la naturaleza, con nuestro niño interior, con nuestros miedos y nuestra capacidad de asombro.
            Mi mamita en Paris, nunca la ví así de feliz y conectada con su niño interior.

Hace miles de años, la vida humana sobre la tierra era nómade y cuenta la historia de nuestros antepasados que esto fue así hasta que a un hombre se le dio la gana de ser sedentario, de establecerse en un lugar, echar raíces y quedarse ahí para siempre a hacer su vida. A los demás les pareció que estaba loco…cómo renunciaría a conocer nuevos lugares? Dejar de descubrir nuevos horizontes y dejar de probar distintas comidas? Decidió quedarse y establecerse, sembrar y cosechar, sus animales procrearon y ya no necesitó cazar, se autoabasteció y eligió despertar todos los días en un mismo lugar. Con el tiempo, fueron tantos los que se sumaron, que  ya nadie considero esto una locura.
Llevando esta historia a la actualidad, lo “loco” es dejar esa estabilidad, dejar tus bienes materiales para ir en busca de nuevos destinos, ser nómade y renunciar a todo para ir a lo desconocido…Ahora, los “locos” somos los que queremos conocer el mundo, ver nuevos lugares y absorber nuevas culturas ¿Por qué será que cada vez que uno se distancia de la masa es considerado un loco? ¿No serán los demás los locos? ¿Y si el “plan de vida” es no tener un plan? Y finalmente, quienes son mas locos? Los que renuncian a sus sueños por llevar una vida “normal” y acorde a lo que dicta la sociedad? O los que, con mucho valor se despojan de todo aquello que nos amarra y van en busca de sus sueños?  Aunque socialmente eso tenga una connotación de irresponsabilidad, cuando nuestra única responsabilidad en esta vida es ser felices…
Lo único que considero una locura es estar viviendo una vida que no te satisfaga, mejor, creo yo, es vivir tus sueños en vez de soñar tu vida.
Quiero dejar claro que esto no lo escribo con la intención de decir que aquellos que llevan una vida rutinaria estén equivocados, o que los que viajan por el mundo son los que están en lo correcto…hay muchos que aman sus trabajos y están bien o acostumbrados a sus rutinas, pero que ese estilo de vida sea el único válido  para “ser alguien” en la vida y ser feliz, eso es lo que no comparto.
Sólo pienso, humildemente, que todos tenemos derecho a ser felices, viviendo la vida que siempre soñamos tener.
       ¡Es mejor vivir la vida, que soñarla! Me parece muy sabia filosofía de vida.

1 comentario:

  1. Wena mi negrita!!! a vivir la vida ser!... cuando quieras se puede cambiar el rumbo

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