domingo, 2 de junio de 2013

Una boda nepalí

Un día tomando desayuno en nuestro hotelcito de Pokhara, uno de los chicos que trabaja ahí, con quien tuvimos buena onda de entrada, nos pregunta que planes teníamos para el día siguiente. Le dije que ni siquiera sabíamos que haríamos ese día y nos respondió que mañana habría un matrimonio, y  él era el novio! Nos estaba invitando personalmente a su propia boda y por supuesto que nosotros aceptamos encantados su invitación.
Llegó el día y nosotros sin nada muy adecuado que ponernos, partimos con nuestra mejor "pilcha".
Como eramos invitados del novio, llegamos a su casa, donde toda su familia estaba reunida esperando a que llegaran todos.


Había un grupo de músicos y bailarines que le daban vida a la espera...


Nosotros no entendíamos nada. No sabíamos qué estábamos esperando...si a la novia, al novio, o a los invitados...De pronto llega un familiar con un canastito y nos pone en la frente unos arroces teñidos de rojo que representan prosperidad a la pareja. Eramos los únicos occidentales y obviamente llamábamos la atención.
El novio estaba listo y partimos todos como una gran caravana a la casa de la novia, donde se celebraría la ceremonia.
Caminamos algunas cuadras y más allá nos esperaba una micro. Arriba del techo se subieron los músicos y bailarines. Adentro, los invitados que no tenían transporte, como nosotros. Camino a la casa de la novia avanzábamos lento y al igual que un carro alegórico, los músicos esparcían por las calles sus melodías. Hasta que un policía nos detuvo. Músicos abajo. Se subieron dentro de la micro, y la fiesta continuó hasta que llegamos a destino.
Ahora solo faltaba ella. La novia.
El se veía serio, nervioso. Esperando a su futura mujer sentado en un sillón. Detrás de él, había un altar improvisado con algunas ofrendas traídas por las familiares, como frutas y otros alimentos que representan abundancia para la pareja.
Llegó la novia. Se sentó, o mejor dicho, la sentaron frente a su futuro marido, en otro sillón frente a él. No se veía muy contenta que digamos, más bien, asustada. Era muy joven, demasiado para nuestra cultura. No más de 18 añitos. Yo también hubiese estado aterrada. La bella novia vestía de rojo con un velo que cubría su cara. El novio levanta su velo y tiñe de rojo su frente (también con esos arroces colorados), "marcándola" como una mujer ya casada.


Mientras los invitados comíamos en una especie de buffet simple, relajado y sin protocolos, la pareja de recién casados se sometía a horas de ritos típicos nepalís como el lavado de pies.



Ella lucía sus manos y pies con tatuajes de henna, y seguía mirando el suelo con cara de "qué hago aquí", sin esbozar sonrisa.
Nosotros por mientras nos llenábamos la panza y observábamos la sencillez de una ceremonia que en nuestro país se celebra con bombos y platillos y con una preocupación y stress terrible sobre el qué dirán los demás.

 Generalmente los invitados hombres, muy sencillos y relajados...

Algunas chicas, bien producidas y con su mejor sari...


Conversamos con uno de los familiares del novio que nos contaba un poco como eran las cosas antes de contraer matrimonio.
Resulta que los padres de ambas familias llegan al acuerdo de que sus hijos deben casarse. Se juntan un día y dejan a la pareja sola en una habitación donde es el momento de decirse TODO! Qué quiero para mi vida, qué tipo de hombre espero, cuántos hijos pretendo tener, donde me gustaría ir de vacaciones, etc.
Lo "bueno" es que tienen derecho de decir "No. No me gustó" y la familia seguirá en la búsqueda de una esposa o un marido para su hijo/a.
Pero si está todo bien y todo lo conversado en esa pieza cumple con las expectativas de ambos, comienzan a organizar todo para llevar a cabo el matricidio en unas semanas.
Algunas parejas no pasan por este proceso de conversar sus intereses e ideales y se conocen el mismo día de su boda, ahí en el altar! Tienen toda una vida para conocerse y creen que con el tiempo terminan enamorándose. Cuando en occidente la mayoría pasa años juntos antes de casarse, y con el tiempo, en el matrimonio mismo, terminan desenamorándose. Qué mundo de diferencias!
Pasaban las horas y aunque me aseguraban que la novia era tímida, yo percibía una tristeza infinita en su carita y no pude sentir nada más que pena.


A diferencia de nuestra cultura donde los novios son los protagonistas, aquí los novios pasaron sentados, siendo lavados, fotografiados y bendecidos.
Nosotros bailamos y disfrutamos de una fiesta sana, sin alcohol, sin pretensiones ni parafernalias.
Fue muy interesante y nos sentimos muy afortunados de ser parte de algo tan especial.
Probablemente sería nuestra primera y última vez que seríamos parte de un matrimonio nepalí.

Este artículo fue escrito para Faro.Travel, la comunidad más importante de viajeros en Chile, con un número considerable en aumento de adictos a los viajes...y nuestra misión es que todos se infecten, y que esta enfermedad, les salve la vida.

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