sábado, 2 de marzo de 2013

La magia de Bagan

Bagan, antiguamente Pagan, fue la capital de varios reinados y centro de la cultura y comercio, hasta que llegaron los mongoles. Se encuentra en la ex Birmania, actual Unión de Myanmar, a 150 km al suroeste de Mandalay. Esta árida meseta está salpicada de 4400 templos estupas y pagodas, cual espejismo del pasado. Es imposible no quedar boquiabierto y maravillado ante su impresionante similitud a la de un surrealista paisaje lunar. Es un lugar que sorprende hasta al más experimentado viajero. Incluso Marco Polo, que en su obra la describe como uno de los lugares con las mejores y más hemosas vistas del mundo. Habla de edificios recubiertos de oro y plata, coronados con campanillas que suenan al más leve danzar del viento. Y asi es! Nosotros estuvimos ahí, donde estuvo el grandioso Marco Polo contemplando esas épicas vistas y escuchamos el mágico sonido de esas doradas campanitas. Nos dimos baños de silencio en el interior de muchos de sus templos, frente a Budas gigantes recubiertos de pan de oro.
Sus amaneceres y atardeceres, con las puntas de sus estupas recortando el horizonte es una de las imágenes más increíbles que he presenciado en mi corta carrera de viajera y seguro figuran en el ranking de los más espectaculares del planeta. Recomiendo ir por tu cuenta y a tu ritmo en bicicleta, meterse a todos los rincones que llamen tu atención y subir a lo alto de sus puntiagudas estupas a darse un baño de luz y energía solar mientras te deleitas con las gloriosas vistas del atardecer. El inmenso astro rey rojizo baja frente a tus narices como el telón de un teatro que baja en cámara lenta transportándote a un mundo cargado de magia y misticismo.

 






Como llegar a este impresionante rincón del mundo?
Desde Yangon, hay vuelos y trenes a Bagan.
Desde Mandalay, también hay vuelos, pero la opción de llegar navegando por el río ayeryarwady es maravillosa. Hay dos ferries: El express que es más rápido y, por supuesto, más caro (40 dólares) que es 100% turístico. Y el lento que fue el que tomamos nosotros, por 12 dólares, con menos turistas y muchos locales. Es largo el trayecto pero te permite tomar contacto con la gente local y esa experiencia es inigualable. Se recomienda llegar temprano (a las 4:45 am!) y tomar ubicación en la parte de arriba de la embarcación si no quieres ir entre gallinas y piso mojado. Las paradas que hace durante el recorrido son muy entretenidas, la gente se baja y otras se suben a vender comida y las aldeas por donde pasas te hacen sentir que estás realmente lejos de casa, en otro mundo, e incluso, en otra época!

Con sueño, pero felices...rumbo a Bagan.

En el slow ferrie camino a Bagan, con nuestros nuevos amigos franceses compartiendo un par de metros cuadrados, lleve ropa abrigada que al amanecer está muy fresco.

Bagan es un tesoro de las tierras birmanas que HAY que ver antes de morir!
 

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